Sentirme igual...viva
Por aquello que encontré en tus ojos
- Vivo (Gustavo Cerati) -
- Vivo (Gustavo Cerati) -
"temí por mi cerebro aprisionado en una trama vulgar"
“De pronto un ser humano, una persona viva que rompe la turbia campana de cristal de mi aislamiento y me alarga la mano, una mano cálida, buena y hermosa. De repente, otra vez cosas que me importaban algo en las que podía pensar con alegría, con preocupación, con interés. Pronto una puerta abierta, por la cual la vida entraba hacia mí. Acaso pudiera vivir de nuevo, acaso pudiera volver a ser un hombre. Mi alma, adormecida de frío y casi yerta, volvía a respirar, aleteaba soñolienta con débiles alas minúsculas.”
“Tienes razón, lobo estepario, mil veces razón, y sin embargo, has de sucumbir. Para este mundo sencillo de hoy, cómodo y satisfecho con tan poco, eres tú demasiado exigente y hambriento; el mundo te rechaza, tienes para él una dimensión de más. El que hoy quiera vivir y alegrarse de su vida, no ha de ser un ser como tú ni como yo. El que en lugar de chinchín exija música, en lugar de placer alegría, en lugar de dinero alma, en vez de loca actividad verdadero trabajo, en vez de jugueteo pura pasión, para ése no es hogar este bonito mundo que padecemos…”
“Usted sabe muy bien dónde se oculta ese otro mundo, y que lo que busca es el mundo de su propia alma. Únicamente su mismo interior vive aquella corta realidad por la que usted suspira. Yo no puedo darle nada que no exista ya dentro de usted. Yo no puedo presentarle ninguna otra galería de cuadros que la de su alma. No puedo dar a usted nada: sólo la ocasión, el impulso, la clave. Yo he de ayudar a hacer visible su propio mundo; esto es todo.”
Cómo se mata por amor…
Después hay que lograr subir al colectivo que no es tan fácil como parece. Para agregarle un factor desastroso, pongámosle que llueve. Suele pasar que llegás a la esquina y el semáforo no está de tu lado así que ves cómo el vehículo pasa por tu cara como si nada y es en ese momento cuando empezás a replantearte hasta qué punto las máquinas no piensan.
"Cero pesos, cero centavos"
"Jaláme el dedo, es la última vez que te lo pido"
Desde el día en que Chip, Dale y Leonardo Greco llegaron a la vida de Pablo Echarri, los habitantes del barrio de Once no duermen tranquilos. Aficionadas al lavado de dinero y a aspirar Poxiran en sus tiempos libres, tanto Chip como Dale decidieron convencer al actor de colaborar con los planes de su ejército criminal de ardillas voladoras (las “Flying Squirrels”).
"Y estoy aquiiiii, aquiiiii para quererteeeee!"
La guarida de las mismas es un almacén chino donde suelen destruir las bolsas de nueces rancias vencidas en la pasada Navidad para luego dar un concierto de flatos al ritmo del reggaeton de Daddy Yankee. Allí también es donde fabrican dispositivos explosivos que son usados en cada misión. Pablito, el muchacho de barrio que todos queremos, suele arrojarse desde las terrazas de los edificios de la ciudad vestido con un tapado negro y un espadachín que se birló de un cotillón de Lavalle junto a estos pequeños individuos. Es gracias a los orificios nasales extremadamente amplios que la naturaleza le otorgó cómo consigue planear libremente por el aire y así es cómo consigue llevar a cabo los maquiavélicos planes de las ardillas voladoras!
"Mmm...que bueno que estoy"
Si bien hacen todo tipo de trabajitos, se dedican con especial cuidado a la destrucción masiva de fábricas de shampoo contra la caspa. Hace un año llevaron a cabo la implosión de la fábrica de Triatop desplazándola del mercado y fue ahora el turno de Head & Shoulders. Pablo no podía soportar que su traje de Montecristo se viera arruinado por la lluvia blanquecina que caía sobre sus hombros y es así como condujo a las pequeñas bestiecillas al vandalismo. Luego de hacer una aparición digna de película, destruyendo el frente vidriado del lugar con una bazuca, sus secuaces ingresaron y luego de trabar lucha contra los operarios proveyéndose de nunchakus y estrellitas chinas, lograron plantar bombas en cada barril contenedor de shampoo. Fue así como las toneladas del sagrado brebaje volaron por los aires junto a las despedazadas ardillas. Para este momento Echarri ya se encontraba escondiendo su cara con su capa negra, riendo macabramente y arrojando una bomba de humo para conseguir una huída majestuosa. Es por ello que recomendamos sumo cuidado y precaución a la hora de merodear los predios del barrio de Once.