Lágrimas negras

Cae una lágrima y el mundo se frena.

No logro explicar lo que se siente en ese instante previo a que se derrame el dolor...

Es tan relativo.

Para unos es una porción mínima de descarga emocional, una porción oscura que encerrará traumas de la infancia, frustraciones de todo tipo y color; para otros es nada más que un fluído salino emanado del cuerpo, transparente, útil para higienizar el órgano visual; para otros es la tristeza más profunda, la difícil despedida, la sensación de soledad más hiriente.

Algunos podrán afirmar que es un mundo diferente, sí, esa pequeña lágrima que muchos no lográn diferenciar de la siguiente o la anterior, esa única lágrima es un pequeño planeta, un microcosmos donde habitan los seres más extravagantes, aquellos que si pudiéramos verlos, venderíamos el alma al Diablo para compartir algunos minutos.

Habrá otros que dirán que es tan sólo una víctima más de la ley de gravedad y por lo tanto estarán dispuestos a defenderla en algún delirante juicio.

Algún obstinado podrá decir que es un número, querrá hacernos creer que no es una lágrima sino una unidad de algún extraño sistema que de ser elevado a la enésima potencia nos daría como resultado algo similar a un mar.

Algún soñador dirá que es arte, pasión, una forma de expresión, la emoción que se siente al oír una melodía o contemplar la simpleza de la vida...

Extrañamente, todos tendrán razón.